Ella necesitaba un marido para escapar de las garras de su maléfico tío.
Él necesitaba una heredera para salvar su hacienda.
— Buenos días, Lord Braynning, esperaba poder hablar con usted antes de que se marchara a sus quehaceres — saludó apartándose un mechón rebelde de su cabello que se había soltado de su apretado moño — he sabido de sus apuros económicos y de su necesidad de casarse con una heredera para devolverle todo su esplendor a Braynford Hall. He venido a ofrecerme para el puesto ...