Ethan Parker se levanta todos los días y sobrevive de la única manera que sabe: solo.
Huérfano de niño y obligado a estar bajo el cuidado del sistema de bienestar infantil, sabe que no debe depender de nadie más que de sí mismo. Aprendió que confianza es una palabra que se usa con demasiada frecuencia, pero que rara vez se merece. Ethan cree que su mejor oportunidad de mantener una existencia sencilla y solitaria es vivir según un simple mantra: no te involucres. Mantenlo simple. ¡Cuidate!
Cuando una joven se muda a la casa de al lado, Ethan se ve obligado a reconsiderar sus creencias. Intenta mantener la distancia, pero la contagiosa sonrisa y la visión de la vida de su nuevo vecino lo impulsan a tomar la decisión de vivir la vida que conoce o intentar lo inesperado.
Mientras Ethan desarrolla una relación con su nueva vecina, Emily.